12 - INVOCACION PARA EL DESCENDIMIENTO
Excelso y Soberano Hacedor del Universo Dios trino y uno en verdad en quien los hombres creemos y adoramos, nosotros reunidos y congregados en representación de los siete Sellos, de las siete iglesias que Elías el hijo del hombre vino a plantar al planeta tierra por tu voluntad, venimos a pedirte, a rogarte y a decirte que por tu Poder Divino, tu Santo Espíritu descienda entre nosotros, que nosotros lo esperamos postrados.
Aleluya, Aleluya, que la fuerza del Señor va a ser entre nosotros.
Espíritu Divino de la Primera Persona de Tu Padre, desciende Poder infinito, ven Padre queridísimo, Dueño de todo lo creado. ¡Oh Gran Jehová! no veas nuestras faltas Señor, ya que contritos y arrepentidos nos encontramos de nuestras múltiples faltas cometidas a tu Divina y Excelsa Majestad, Señor, mas eres Nuestro Padre y nos perdonamos y escucharás en este instante nuestra súplica que le vamos hacia Ti. ¡Oh Eterno!, concédenos lo que te pedimos por tu Ser que El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo.
Espíritu Divino de la Segunda Persona de tu Trinidad Sagrada que eres Dios Hijo; desciende misericordia infinita ven padre Jesucristo, Cordero inmolado por nuestras innumerables faltas, que descienda tu Espíritu Divino de la Escala de Perfección a la de Jacob, para que dirijas tus Rayos Universales para que escuchemos tus dulces palabras de amor y caridad. Ven Cordero Redentor a remediar nuestras cuitas.
Nos encontramos atribulados por el dolor de nuestras propias faltas. Ven Padre Amoroso, ven a recibir a tus hijos, que con tus dulces palabras nos confortaremos, para seguir en este destierro, por que lejos de Ti nos encontramos, lejos de nuestra patria verdadera.
Mira Señor, somos los caminantes errantes porque nuestro espíritu no tiene tu Paz Divina, porque nos hemos apartado de Ti, hemos perdido tu Divina Huella y perdidos en el desierto nos encontramos sedientos, hambrientos y desnudos de ropaje, porque consigo no llevamos obras de caridad y amor. Pero Tú Señor, que eres fuente inagotable de bondad, vendrás en nuestra ayuda da y con tu Divina Fuerza nos confortarás para seguir nuestra jornada terrestre. Concédenos lo que te pedimos, por la Sangre que derramaste en el Ara Santa de la Cruz para redimirnos a nosotros los pecadores, recibe nuestras preces Padre Amoroso. Somos indignos de que nos escuches, somos los blasfemos, somos los renegos, somos los que prevaricamos y mancillamos, somos los fariseos pero tú eres Nuestro Dios y Señor nos perdonas por tu ser que eres El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Espíritu Divino de la Tercera Persona de Tu trinidad Sagrada que eres Dios Espíritu santo. Desciende Luz Divina e ilumina nuestra ceguedad para que veamos nuestras propias faltas y no veamos las de nuestros hermanos, para que te amamos Señor en verdad, para que no te imperfecciones, sino que siguiendo tu Obra Divina, caminemos Señor por el sendero de Luz y de Verdad que Tu nos has venido a trazar y que nosotros cual malos discípulos no queremos transitar pero que con tu Luz Divina iluminados nos encontremos para emprender nuestra marcha, siguiendo en aquel camino tu huella Divina.
Concédenos lo que te pedimos por nuestra Purísima Madre, que sea Ella la que en este momento pida por nosotros los desamparados. Te lo pido Señor, por nuestro Guía Espiritual. En este momento te hago presente las carceles y los presidios donde se encuentran recluidos nuestros hermanos, que no blasfemen, que con tu Fuerza Divina sean sumisos y obedientes y que curan do abandonen aquellos lugares, arrepentidos se encuentren pidiéndote el perdón. Te hago presente Señor, a mis hermanos que en el lecho del dolor se encuentran, llenos de cuitas pero TU eres Doctor de los doctores. Manda les tu caridad, porque les hace falta tu bálsamo divino y envíales lo que sea tu voluntad. Te hago presente Señor, a mis hermanos los que en la orfandad se encuentran, los que no tienen un techo donde cubrirse de la interperie de tiempos pero Tú como buen padre los recibes y con tu Manto Divino los cubres; te hago presente todas nuestras necesidades, escucha lo que nuestro espíritu te pide, perdona nuestras faltas no contemples nuestras iniquidades, i Escuchanos Señor! Para que reunidas nuestras voces a los coros de tus Angeles, Arcángeles, Serafines y Querubines, ancianos, Justos y Jovenes, no cesemos de cantar: Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad.
Hosana, Hosana, que la Fuerza del Señor ya es entre nosotros.